Las cenizas complican la vida de los pobladores de la Patagonia, que están sin clases y esperan lluvias para que se alivie la situación.

Por Continental y desde Ingeniero Jacobacci, una de las ciudades más afectadas por esto en Río Negro, la maestra Mariela Austin relató que “lo más molesto es respirar ese polvo en suspensión”.

En La Mañana, ejemplificó que las cenizas obligan a “conducir a menos de diez kilómetros por hora, porque si no se levanta un polvillo que quita totalmente la visibilidad y provoca accidentes de tránsito”.

La localidad de Jacobacci fue declarada “zona de desastre” y se teme por la posible mortandad de animales.