La película, que incluye escenas de contenido sexual, consumo de drogas y 569 variaciones de la palabra `fuck` fue prohibida en algunos países, y en otros ha visto restringida su exhibición, incluso con cortes en su metraje.

Malasia y Nepal prohibieron completamente su exhibición pública a pesar de que el primer ministro Malayo es padrino de Riza Aziz, el director general de una de las productoras de la película, Red Granite.

En la India, el filme se estrenó con tres secuencias censuradas. Todas estas relacionadas con situaciones sexuales. 
Además,  se eliminó del montae una frase vulgar respecto a las monjas, en respuesta a la normativa que que en la India protege el respeto a todas las religiones; en Singapur, recibió una calificación que impide el acceso a menores de 21 años.

En los Emiratos Árabes, la versión estrenada registra casi una hora menos de duración y el gobierno emitió un comunicado explicando que los cortes fueron realizados por la distribuidora regional y no por los censores oficiales.

En Líbano, la presión de los espectadores impidió que la distribuidora diera marcha atrás en sus planes iniciales y estrenara la versión del cineasta casi íntegra, con un solo corte en una escena sexual gay.