Por Jonathan Wilson, para The Guardian. Si tiene lágrimas, prepárese para guardarlas para el martes como muy pronto. Hay una conmoción casi insoportable al ver a Messi en estos días. Hay algo que hemos visto, discutido, que nos ha preocupado toda nuestra vida, algo en lo que hemos invertido una parte irrazonable de nuestras almas, y él es el mejor que hemos visto en ese asunto y cada juego podría ser el último que lo veamos a él. Pero el final se ha aplazado un partido más.