En Estados Unidos, el favorito de las primarias republicanas, Mitt Romney venció en seis de los diez estados del “supermartes”. Sin embargo, no pudo liquidar a su favor la interna y obtuvo un estrecho triunfo en Ohio, con el 38 por ciento, contra el 37 que obtuvo el hiperconservador Rick Santorum.

En tanto, en Massachusetts y en Vermont jugaba en casa, en Alaska había ganado en 2008, en Idaho lo apuntalaba un porcentaje notable de mormones y en Virginia habría sudado más si no fuera porque competía sólo con Ron Paul. Todo esto relativiza la superioridad que, estrictamente, exhibió en las votaciones.

Romney continúa liderando el recuento de delegados, con 359, contra sólo 139 de Santorum, 39 de Newt Gingrich y 90 de Ron Paul. Para llegar a ser nominado en las convenciones republicanas de finales de agosto en Tampa, los precandidatos necesitan conseguir al menos 1.144 delegados.