El fin de los principales lugares de las protestas que estrangularon la actividad rutinaria en el perímetro financiero de Hong Kong podría comenzar este jueves a las 9 (22, hora en Argentina), cuando funcionarios judiciales y policías ejecuten un dictamen judicial que obliga por ley a los manifestantes a desalojar gran parte de las zonas todavía ocupadas.

La demanda judicial fue planteada por una empresa de autobuses que alegó sufrir grandes pérdidas por el corte del tráfico en las calles tomadas por las protestas y que hoy anunció a través de su abogado que los manifestantes del área afectada por la demanda deben abandonar la zona de protesta antes de la hora señalada.

La orden judicial cubre sólo una quinta parte de la zona ocupada por las protestas.

El Gobierno local, respaldado por Beijing, aprovechará el desalojo avalado por el tribunal para tratar de acabar con toda la zona de protestas, ahora repartida en los distritos de Admiralty y Causeway Bay, Según el diario local "South China Morning Post".

Para ello empleará a 3.000 agentes y la operación se llevará a cabo a lo largo del jueves, según fuentes policiales, citadas por el diario.

En el distrito de Admiralty, en el que llegaron a concentrarse más de 100.000 personas durante los primeros días de las manifestaciones, aún permanecen alrededor de mil carpas.

En la zona comercial de Causeway Bay, apenas medio centenar de activistas siguen en las calles tomadas desde hace más de dos meses.

Joshua Wong, líder de la organización de estudiantes de secundaria Scholarism, uno de los grupos que conduce a los manifestantes, dijo que tiene pensado permanecer en el lugar de las protestas que no forman parte de la orden judicial.

Su agrupación no tiene planes de enfrentarse a la policía durante el desalojo, aclaró, pero sí sugirió a sus miembros que utilicen elementos, como escudos, para protegerse de los agentes.

Por su parte, la Federación de Estudiantes, otra de las agrupaciones del movimiento, aún no se pronunció sobre si permanecerá en las calles.

Otras dos compañías de transporte público fueron las que condenaron a la desaparición los asentamientos de los activistas en el animado barrio de Mong Kok, ubicado al otro lado del puerto Victoria, mediante una demanda judicial que fue ejecutada por cientos de policías y decenas de gentes judiciales entre el 25 y 26 de agosto que concluyó con un centenar de detenidos y decenas de heridos.

En el barrio, cada noche, aún siguen desplegados un millar de agentes para evitar un nuevo bloqueo de las calles por parte de activistas que diez días después del desalojo siguen concentrándose.

El desalojo inminente en Admiralty podría ser el capítulo final en la disputa que mantienen en las calles los activistas y las autoridades respaldadas por Beijing, que ocurren desde el 28 de septiembre.