Los primeros ministros de los dos países dijeron este mes que estaban deliberando sobre la cuestión, argumentando que la invasión de Ucrania por parte de Rusia había cambiado el "panorama de seguridad completo" de Europa y había "formado drásticamente la mentalidad" en la región nórdica.

Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia, expresó en aquel entonces que su país, que comparte una frontera de 1.300 km (810 millas) con Rusia , decidiría si solicitar unirse a la alianza "bastante rápido, en semanas, no en meses", a pesar del riesgo de enfurecer a Moscú.

Su homóloga sueca, Magdalena Andersson, dijo que Suecia tenía que estar “preparada para todo tipo de acciones de Rusia” y que “todo había cambiado” cuando Moscú atacó a Ucrania.

El Kremlin expresó que se vería obligado a “restaurar el equilibrio militar” fortaleciendo sus defensas en el Báltico, incluso mediante el despliegue de armas nucleares, si los dos países deciden unirse a la OTAN.

Las ultimas encuestas de opinión han mostrado que hasta un 68% de los finlandeses están a favor de unirse a la alianza, más del doble de la cifra anterior a la invasión, con solo un 12% en contra. Las encuestas en Suecia sugieren que una pequeña mayoría de los suecos también respaldan la membresía.