De acuerdo al Ministerio de Defensa ruso, los drones enviaron las coordenadas del objetivo y tras ello se lanzó el ataque con misiles. Posteriormente, se comprobó que el almacén del Ejército ucraniano, donde se encontraban los obuses remolcados M777 estadounidenses, había sido destruido. Previamente, EEUU, Canadá y Australia habían suministrado este tipo de armas a Kiev. 

El sistema de cohetes Uragan de 220 mm permite garantizar la destrucción de objetivos individuales y grupales a una distancia de hasta 40 kilómetros. Los drones Orlan-10 se encargan de controlar los disparos y los objetivos.

Después de completar la misión, el sistema cambia rápidamente su posición de disparo para atacar más adelante a nuevos objetivos. Las municiones de cohetes se usan principalmente para apuntar a las zonas donde se concentran los combatientes y el equipo militar del Ejército ucraniano.