Las crisis climática y ecológica son un legado del racismo sistémico ya las personas de color sufren de manera desproporcionada sus daños, dice un informe de Greenpeace Reino Unido. A nivel mundial, dice el informe, son las personas de color las que, a pesar de haber contribuido menos a la emergencia climática, ahora están “perdiendo desproporcionadamente sus vidas y medios de subsistencia” por millones a causa de ella.

“La emergencia ambiental es el legado del colonialismo”, dice el informe. Esto se debió a que el colonialismo había “establecido un modelo a través del cual el aire y las tierras del sur global han sido… utilizados como lugares para arrojar desechos que el norte global no quiere”, dice el informe.

Agrega que desigualdades similares son visibles en el Reino Unido, donde casi la mitad de todos los incineradores que queman desechos se encuentran en áreas con una gran población de personas de color.

En Londres, las personas negras tienen más probabilidades de respirar niveles ilegales de contaminación del aire, y las personas negras en Inglaterra tienen casi cuatro veces más probabilidades que las personas blancas de no tener acceso a espacios al aire libre en el hogar, dice.

La encuesta de YouGov junto con el informe muestra una ignorancia generalizada de la división racial en los impactos ambientales de los encuestados, el 35 % creía que las personas de color no tenían más probabilidades que otras de vivir cerca de un incinerador de desechos; el 55% creía que no había diferencia en la exposición a la contaminación del aire entre los blancos y las personas de color en Londres; y el 47% creía que no había diferencias significativas entre grupos étnicos en el acceso a espacios verdes al aire libre.

Producido en colaboración con el grupo de expertos sobre igualdad racial Runnymede Trust, el informe rastrea las raíces de la emergencia ambiental hasta el colonialismo, la esclavitud y el saqueo de los recursos del sur global. Greenpeace dice que está haciendo de la justicia ambiental un pilar central de su trabajo.

“Argumentamos que los resultados de la emergencia ambiental no pueden entenderse sin hacer referencia a la historia del colonialismo británico y europeo, que puso en marcha un modelo global para la extracción racializada de recursos de las personas de color”.

La publicación del informe convierte a Greenpeace Reino Unido en el último gran grupo de campaña para vincular la justicia racial con la agenda ambiental. Pat Venditti, su director ejecutivo, describió los problemas como “dos caras de la misma moneda”.

“Es por eso que es absolutamente vital que, como organización de campaña, ayudemos a arrojar luz sobre los vínculos entre el racismo y el daño ambiental y convertirlo en un pilar central de nuestro trabajo”, dijo Venditti. “Como organización predominantemente blanca ubicada en el norte global, Greenpeace Reino Unido reconoce que todavía tiene mucho que aprender. Pero estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de hacerlo bien en el futuro”.

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