El presidente ruso, Vladimir Putin, acordó que un equipo de inspectores independientes pueda viajar a la planta nuclear de Zaporiyia, ocupada por Moscú, a través de Ucrania. Y es que un recrudecimiento de los combates en torno a la central suscitó el fantasma de un desastre peor que el de Chernobyl.

Según comunicó la oficina del presidente francés Emmanuel Macron este viernes, Putin "reconsideró la demanda" de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) viajara al sitio, luego de que el propio líder ruso advirtiera que los combates allí podrían provocar una "catástrofe".

Mientras tanto, el jefe de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó a las fuerzas rusas que ocupan la planta en el sur de Ucrania a no desconectar la instalación de la red y potencialmente cortar los suministros a millones de ucranianos.

Muchos expertos están más preocupados por una falla en el enfriamiento de la central nuclear que por los combates o los bombardeos a su alrededor (Foto: Ed Jones/AFP/Getty Images).
Muchos expertos están más preocupados por una falla en el enfriamiento de la central nuclear que por los combates o los bombardeos a su alrededor (Foto: Ed Jones/AFP/Getty Images).

El Kremlin ya había especificado en un comunicado previo que Putin y Macron habían acordado que los funcionarios del organismo de control nuclear de la ONU deberían realizar inspecciones "lo antes posible" para "evaluar la situación real sobre el terreno".

En este contexto, el Kremlin aprovechó para enfatizar “que el bombardeo sistemático por parte del ejército ucraniano del territorio de la central de energía nuclear de Zaporiyia crea el peligro de una catástrofe a gran escala”. 

La advertencia de un desastre nuclear se produjo solo un día después de que el líder turco Recep Tayyip Erdogan y Guterres, reunidos en la ciudad de Lviv, en el este de Ucrania, entren en estado de alerta por el aumento de la intensidad de los combates, y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy instó a la ONU a asegurar el sitio.

“Estamos preocupados. No queremos otro Chernobyl”, dijo el líder turco, en una clara referencia al desastre nuclear de 1986, mientras que Guterres advirtió que cualquier daño a la planta sería similar a un “suicidio”.