“La integración en la región es un proceso irreversible, y tiene que ser un proceso en continuo fortalecimiento”, destacó Glas Espinel en entrevista con Télam en Montevideo, donde llegó días atrás para reunirse con el Presidente uruguayo, José Mujica.

“El momento de la integración es ahora, este es el momento político para América del Sur, donde ya no somos patio trasero de nadie, ni hay potencias hegemónicas imponiéndonos sus políticas o sus modelos de desarrollo”, aseguró Glas Espinel, encargado de liderar en su país el proceso de cambio de matriz productiva coordinando 16 ministerios, entre ellos el de Sectores Energéticos y el de Producción, Empleo y Competitividad.

En esa línea, el número dos del gobierno de Rafael Correa expresó que “el modelo de desarrollo que estamos construyendo en nuestros países se está traduciendo en bienestar para nuestros pueblos, y por eso se da el apoyo ciudadano a nuestros procesos políticos”.

“Latinoamérica está viviendo un cambio de época irreversible que hay que hacer sostenible en el tiempo”, enfatizó y pidió “que todas estas políticas públicas sean sostenibles en el tiempo”.

Ex ministro de Telecomunicaciones y de la Sociedad de Información (2009-2010), Glas Espinel expresó que de todos modos, “la integración política es una realidad que hay que seguir fortaleciendo. Hay que avanzar en los otros ejes: la integración en telecomunicaciones, por ejemplo, después de los casos de ciberespionaje de las potencias hegemónicas”.

“Hoy más que nunca tenemos que ir a esa integración que nos permita garantizar el derechos de los ciudadanos a la privacidad de sus comunicaciones”, demandó.

Glas Espinel defendió también los procesos de intervención estatal en la economía y aseguró: “Estuvimos tanto tiempo esperando la mano invisible del mercado para que arreglara los problemas de la sociedad… y tan invisible ha sido que nunca nadie la ha visto, nunca nadie la verá”.

En esa línea, se preguntó “¿Cuántos años en la época liberal esperó Ecuador la llegada de inversiones?”, y analizó que por eso su país ha decidido “asumir este salto hacia los niveles de industrialización con mucha fuerza, con inversión pública”.

El vicepresidente visitó Uruguay en una visita oficial entre el miércoles y el viernes pasado para participar de reuniones con Mujica y otros funcionarios de primera línea del gabinete uruguayo, en el marco de la adopción del gobierno uruguayo de un programa ecuatoriano de asistencia social.

“El programa “Uruguay sin barreras” se da a partir de la transferencia de la experiencia acumulada en Ecuador, en base a uno de nuestros programas más emblemáticos como fue la misión solidaria Manuela Espejo, hoy transformada en un programa, que ha permitido entregar más de 500 mil ayudas técnicas a más de 320 mil ciudadanos, en el que trabajaron médicos, las fuerzas armadas, médicos cubanos, todos trabajando juntos para atender a los desprotegidos de la sociedad”, detalló Glas Espinel.

EL vicepresidente apostó también a una “integración y complementación” entre los países de la región.

“Los países sudamericanos tenemos que ver como aumentar las capacidades de desarrollo de nuestros pueblos complementándonos como naciones. Sabiendo que ahora los gobiernos progresistas están al servicio de sus pueblos, que los ciudadanos están empoderados, hay que hacer estos procesos sostenibles en el tiempo”, exhortó.

Nombrado Ministro Coordinador de los Sectores Estratégicos en 2010, Glas Espinel participó desde esa cartera en la renegociación de los contratos hidrocarburíferos mediante los cuales el Estado ecuatoriano recuperó la soberanía sobre el petróleo e incrementó la renta petrolera para el país.

Luego de esa gestión, Glas Espinel encabeza las políticas destinadas a reconvertir la matriz energética y productiva de su país. “Ecuador tiene abundantes recursos hídricos, por lo 93% de nuestra energía será hidroeléctrica en 2016. Tenemos que aprovechar eso para agregar valor y competitividad regional con una mayor integración, dejando de ser dependientes de los recursos no renovables”, explicó.

En esa línea, explicó que partir de los cambios de paradigma energética en su país, entiende que “la energía no puede ser considerada únicamente desde el punto de vista comercial: la energía es una oportunidad de desarrollo. Y no sólo para nuestro país, sino para toda la región”.