Steven Grisales, un joven argentino de veintiún años, fue asesinado de una puñalada por un grupo de adolescentes que lo agredió gratuitamente mientras caminaba por una zona periférica de Londres.

Los agresores le arrojaron castañas mientras se dirigía a la estación ferroviaria de Silver Street; cuando les hizo frente, uno de los atacantes sacó un cuchillo y lo apuñaló. Falleció al día siguiente en el Royal Hospital de la capital británica. Por el hecho fueron detenidos cuatro jóvenes de entre quince y diecinueve años.

El muchacho vivía con parientes en Edmonton desde hacía pocos meses para estudiar como becario de arquitectura en el Westminster College.