En Libia, la coalición de potencias occidentales sigue bombardeando para evitar que las fuerzas de Muamar el Gadafi ataque a los rebeldes.

Las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña continúan su asedio sobre las tropas leales al “guía de la revolución”, con ataques en los alrededores de Ajdabiya.

Es una estratégica ciudad del este del país, ubicada a sólo ciento sesenta kilómetros del bastión rebelde, Bengasi.

Sin embargo, crecen las discrepancias estratégicas, metodológicas, de objetivos y de liderazgo entre los países que integran la coalición, algunos de los cuales, pese a que enviaron aviones y tropas, se niegan a participar de las operaciones de agresión hasta que queden claros los objetivos globales y estratégicos.

Barack Obama afirmó que “el control sobre Libia, por parte de la OTAN, se logrará en horas”.

Durante su visita a Chile y junto al presidente del país trasandino, Sebastián Piñera, dijo que, “luego de los ataques aéreos, se pasará a una etapa de ayuda humanitaria”.

A la Argentina se vio obligado a nombrarla cuando señaló la “mayor influencia” que, junto con México y Brasil, ahora tiene en la toma de decisiones económicas a nivel internacional, debido a la casi duplicación de su Producto Interno Bruto en sólo siete años, y que desencadenó su inclusión en el Grupo de los 20.