Johan Steven duró la mayoría de sus 12 años de edad implorando a la guerrilla colombiana de las FARC que le devolvieran a su padre, el soldado Libio José Martínez, el rehén más antiguo del mundo, a quien sólo conoció en pruebas de supervivencia, esos contactos para que se sepa que estaba vivo.

Pero ya no lo seguirá haciendo y la marcha de cien kilómetros que emprendió hace unos años entre su pueblo natal y la capital de un departamento fronterizo con Ecuador, para forzar la liberación, fue infructuosa: el rehén más antiguo del mundo dejó de serlo ayer en la madrugada cuando en medio de un intento de rescate, los rebeldes le propinaron un tiro de gracia en la cabeza. Junto a éste, otros tres policías terminaron de la peor manera su cautiverio también muy antiguo de más de una década en la agreste selva amazónica.

Hacia el mediodía del sábado, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, citó en su despacho a los periodistas para informar que durante la madrugada comandos antisecuestro de la Policía y del Ejército se enfrentaron con miembros de una columna rebelde responsable de la custodia de varios rehenes. El infructuoso rescate, que inició hace 45 días, se produjo entre los selváticos departamentos (provincias) de Caquetá y Putumayo, al sur del país. “Esta mañana fueron asesinados cuatro secuestrados de la fuerza pública. Nos duele en el alma, nos duele por sus familias”, aseguró Pinzón.

Aunque se negó a dar los nombres de las víctimas “hasta tanto notifiquemos oficialmente a sus familias”, el funcionario expidió horas más tarde un comunicado en el que confirmó que entre las víctimas se encuentra el sargento Martínez, a quien las FARC secuestraron el 21 de diciembre de 1997, durante una incursión a una base de comunicación del Ejército. Los otros tres rehenes fusilados son miembros de la policía: el coronel Edgar Duarte, secuestrado en octubre de 1998; el teniente Elkin Hernández, en 1998, y el intendente Álvaro Moreno, hecho rehén el 9 de diciembre de 1999.

Anoche, el Ministerio de Defensa confirmó que un quinto rehén, el sargento Luis Erazo, de 48 años, secuestrado en diciembre de 1999, apareció con vida .

Estaba escondido tras lograr escapar durante los enfrentamientos.

En medio de éstos y ante el temor de sufrir un nuevo revés militar, el comandante rebelde habría ordenado los fusilamientos. Tres murieron con sendos tiros de gracia en la cabeza, mientras otro fue acribillado con dos impactos por la espalda, según pudieron establecer los peritos forenses que se trasladaron hasta la región en horas de la tarde.

“En Colombia no pueden quedar estos hechos en la impunidad, estos hechos deben ser absolutamente judicializados. Nosotros esperamos que el planeta entero, Colombia entera, las organizaciones nacionales e internacionales de Derechos Humanos repudien este terrible asesinato”, concluyó el ministro.