La milicia yihadista Estado Islámico en Irak y Siria (EIIL) tomó el control, en las últimas horas, de otras dos localidades de la provincia de Salahedi­n, y comenzó a avanzar hacia la capital Bagdad, luego de haber ocupado ayer Mosul, la principal ciudad del norte iraquí. Según informa la emisora Al Yazira, los combatientes islamistas lograron controlar amplios territorios en las regiones de Nínive, Al Anbar y Salahedin y avanzaban sobre la zona de Tikrit. 

Uno de los logros estratégicos más importantes sería tomar Biyi, que se encuentra a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad, donde quieren ocupar la refinería de petróleo y la central de electricidad, que es la que que abastece a la capital. Sin embargo, las tropas del gobierno anunciaron que habían conseguido repeler el avance del EIIL sobre la localidad, por lo que la situación no está clara. 

Los insurgentes "marcharon durante la noche e incendiaron el edificio de los tribunales y una comisaría en el centro de la ciudad", informó un testigo al portal Al Sumaria News. El director de emergencia de Human Rights Watch, Peter Bouckaert, señaló que el EIIL se apoderó de grandes arsenales de armas del Ejército iraquí en su avance. 

En la víspera los extremistas consiguieron tomar Mosul y provocaron la huida de unas 500.000 personas, de los tres millones de habitantes, por temor a la violencia, según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Según la OIM, que basa sus datos en el testimonio de cooperantes humanitarios presentes en la zona, en los combates hubo gran cantidad de víctimas entre la población civil. 

Tras la conquista de Mosul, capital de la provincia septentrional de Ní­nive, los yihadistas se dirigieron a la región de Salahedi­n y capturaron parte de la localidad de Al Sharqat. También tomaron el control de varias localidades en la provincia petrolera de Kirkuk, en el norte de Irak, donde colocaron banderas negras en los edificios oficiales ocupados. 

El Parlamento iraquí debatirá mañana el pedido del primer ministro, el chiita Nuri al Maliki, de decretar el estado de emergencia. Con ello, el polémico jefe de gobierno tendría más atribuciones para atacar a los rebeldes sunnitas. Muchos sunnitas iraquíes se sienten, sin embargo, discriminados por el gobierno. El EIIL está sacando provecho de este enfrentamiento entre sunnitas y chiitas en Irak, ya que los alrededores de Mosul están en sus manos desde hace tiempo y cuando lo necesita, el grupo se repliega al norte de Siria.