Fuerzas de seguridad iraquíes y rebeldes suní­es combaten por el control de la principal refinería de petróleo de Biyi, en la provincia de Saladino, Irak. Las fuerzas gubernamentales apostadas en el lugar lograron repeler un ataque con proyectiles, pero continúan los enfrentamientos por el control del principal resorte de la economía del país. 

La refinerí­a está ubicada a unos diez kilómetros de la ciudad de Biyi y estaba amenazada por los rebeldes desde hace dí­as, por lo que los extranjeros que trabajan en ella evacuaron el lugar como medida de seguridad. Los atacantes pertenecientes al Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), asaltaron el complejo desde distintos puntos y lanzaron proyectiles. Uno de ellos cayó en uno de los depósitos de combustible, lo que provocó un gran incendio y densas columnas de humo. 

El pasado 10 de junio, los combatientes suní­es tomaron el control de Mosul, la segunda ciudad del paí­s y capital de la provincia Ní­nive, y comenzaron a extender su ofensiva hacia las provincias de Saladino, Kirkuk y Diyala, en su camino hacia Bagdad. También irrumpieron en la zona de Biyi, de donde fueron expulsados un dí­a después por las fuerzas de elite iraquí­es en cooperación con clanes tribales, aunque los enfrentamientos prosiguieron en la zona.
 
El pasado 13 de junio al menos 30 personas murieron, en su mayoría soldados retenidos por los insurgentes, en una mezquita de Biyi, por los bombardeos de la aviación iraquí­.

En este contexto, el ministro de Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Saud al Faisal, advirtió que el deterioro de la situación de seguridad en Irak, debido al rápido avance del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), puede llevar a una "guerra civil". "La grave situación que está sacudiendo a Irak lleva consigo señales de una guerra civil, cuyas implicaciones para la región aún no podemos entender", dijo en el marco de una reunión con líderes árabes y musulmanes en Jeddah.