Fuentes policiales de Texas, Estados Unidos, confirmaron la explosión accidental de una fábrica de fertilizantes, ubicada en la pequeña localidad de West, alrededor de las 20 horas locales (01 GMT).

El jefe del Departamento de Seguridad Pública, D.L Wilson, brindó una conferencia de prensa donde confirmó que había más de 130 heridos. A su vez, dijo que el organismo estima la cifra de víctimas fatales en decenas de muertos, pero se negó a dar una número exacto. Los rumores hablan de "sesenta o setenta muertos", consignó por Continental el periodista Andy Jud.

Darán el número de víctimas fatales a las 6 de la mañana hora local (11 GMT). La mitad de los aproximadamente 1.400 habitantes evacuó sus hogares. Los gases tóxicos emanados por la explosión y uno de los tanques intactos de la planta productora preocupan a los agentes de seguridad.

Esta madrugada, aún continuaban las tareas de rescate por las viviendas más afectas. "Hay escenas de devastación total", dijo un policía que participaba del operativo. Otro testigo de la explosión, Bill Bohannan, que en ese momento estaba de visita en casa de sus padres, cerca de la planta, dijo que la explosión fue "devastadora". Vecinos de la zona confirmaron que la onda expansiva alcanzó casi seis cuadras a la redonda. Habría entre 50 y 75 casas detruídas.

Los bomberos temen que el número de víctimas podría elevarse a 60 o 70 muertos, corroboró el Dr. George Smith, director del sistema de gestión de emergencias de la ciudad. "Esa es una cifra muy dura, no sabemos todavía. Tenemos dos profesionales del Sistema de Emergencia que están muertos a ciencia cierta, y puede haber otros tres bomberos que están muertos", suscribió.

Muchas de las personas heridas pertenecen a las fuerzas de seguridad, ya que una gran explosión se produjo mientras trabajaban para rescatar a las personas y apagar el incendio interno. Por otro lado, habitantes de la localidad que tienen su vivienda ubicadas alrededor de la fábrica declararon haber "sido catapultados por la explosión".