En medio de los inmensos esfuerzos para poner en marcha el plan de rescate de los 33 mineros atrapados en un refugio a 700 metros de profundidad, los equipos de rescate trabajaban para colocar una nueva sonda en el recinto en el que se encuentran con el fin de mejorar la ventilación de los trabajadores encerrados hace 19 días.

El rescate en sí mismo podría tomar varios meses y será sin dudas el mayor rescate subterráneo de la historia. Para ello llegó ayer la gigantesca perforadora Raisebore Strata 950, que comenzará en las próximas horas a taladrar un ducto de más de 60 centímetros de diámetro, por el cual podrían salir los mineros.

En la primera paloma les habían enviado bebidas con glucosa y varios cuestionarios para saber sobre la salud de cada uno y desde cuánto hace que no comen. De eso dependerá de cuándo le envíen la comida sólida.