El Parlamento de Hong Kong comenzó a debatir una polémica reforma electoral que instaura el sufragio universal, y que incluye la elección de algunos candidatos avalados previamente por un comité mayoritariamente afín a China, proyecto que ya desencadenó protestas a fines de 2014. La reforma electoral, para seguir su proceso, necesita el apoyo de los dos tercios de la Cámara, o lo que es lo mismo, que al menos cuatro de los miembros de las agrupaciones liberales opositoras den el apoyo a la propuesta gubernamental, algo que se considera improbable y que haría fracasar por segunda vez el proyecto.

Salvo un cambio de última hora, 27 legisladores de la oposición, sobre los 70 que conforman el cuerpo legislativo, optarán por rechazar esa propuesta antes que aceptar lo que consideran un sufragio universal "descafeinado". En tanto, en las inmediaciones del complejo del Consejo Legislativo, cientos de partidarios de la organización Alianza por la Paz y la Democracia, agrupación política próxima al gobierno de Beijing, permanecen en el lugar manifestando su apoyo a la Reforma.

Un despliegue policial sin precedentes enmarcó el inicio de las sesiones, que culminarían con la votación del proyecto el viernes próximo, y cuya definición puede desencadenar protestas similares a la denominada "Revolución de los paraguas" de fines de 2014. Por primera vez en 18 años, tras la cesión de la soberanía de Hong Kong a China luego de un siglo de dominación colonial de Gran Bretaña, 200 agentes ingresaron al edificio del Consejo Legislativo como parte de un operativo que abarca a 7000 policías desplegados en la ciudad. 

Estas medidas se iniciaron el lunes último, cuando la policía detuvo a varias personas y les incautó explosivos que supuestamente planeaban detonar frente a la sede parlamentaria, pero también para evitar tensiones entre los partidarios de distintas fuerzas.