El viernes pasado, se llevó a cabo una reunión en el Vaticano entre el Papa Francisco y el cardenal estadounidense Raymond Burke, quien ha sido considerado como uno de los adversarios más destacados del Papa dentro de la Curia. Esta noticia ha generado un gran impacto, ya que Francisco tomó la decisión de aplicar medidas disciplinarias contra Burke a mediados de noviembre, lo que exacerbó las tensiones entre los sectores conservadores y tradicionalistas. Estas tensiones también se han visto alimentadas por las acaloradas discusiones en torno al documento pontificio que autoriza la bendición de parejas homosexuales, aclarando que no representa un cambio sustancial en la postura de la Iglesia respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Durante una reunión con los responsables de los dicasterios de la Curia Romana el mes pasado, el Papa Francisco comunicó su decisión de aplicar sanciones contra el cardenal Burke. Entre estas medidas se incluyó la eliminación de la asignación mensual conocida como "Plato Cardenalicio", que asciende a unos 5000 euros, así como la suspensión del uso gratuito del lujoso departamento asignado por el Vaticano al cardenal norteamericano. Si Burke desea mantener el uso de este departamento, deberá pagar el alquiler, el cual asciende a unos 10 mil euros mensuales.

Es importante destacar que es inusual que un Papa moderno aplique sanciones de esta naturaleza a uno de sus colaboradores de alto rango. El encuentro entre el Papa y el cardenal Burke se mantuvo en secreto, y el cardenal se limitó a confirmar la reunión cuando fue contactado por Franca Giansoldati, vaticanista del diario Il Messaggero.

Según la opinión generalizada de los vaticanistas, se presume que el coloquio entre el Papa y el cardenal fue complejo y franco. Burke, reconocido canonista y ex jefe de la Signatura Apostólica, ha desafiado en múltiples ocasiones al pontífice durante los últimos diez años, especialmente en lo que respecta a sus orientaciones teológicas, las cuales, según el cardenal estadounidense, entran en conflicto con las tradiciones doctrinales.