En medio de los rumores que circulan desde hace algunos meses sobre su delicada salud, el papa Benedicto XVI evidenció hoy los primeros signos de fragilidad al tener que interrumpir la lectura del Angelus ante miles de fieles, admitiendo que sus ojos ven poco.

"Disculpen, mis ojos no funcionan bien", explicó el Papa, de casi 86 años, mientras se ajustaba los anteojos y hacia un esfuerzo por ver las letras, luego de haber interrumpido brevemente la lectura.

Durante la lectura del texto que precede al rezo del mediodía, el Pontífice tuvo que interrumpirla un momento, debido al contraste entre las oscuras nubes que amenazaban con descargar sobre el cielo de Roma y los rayos de sol que penetraban por las mismas, que le impedían leer.

Al margen de lo sucedido, Benedicto XVI dijo que los santos representan la victoria del amor sobre el egoísmo y sobre la muerte y que viéndoles se ve que seguir a Cristo lleva a la vida, a la vida eterna y da sentido al presente.

El Pontífice hizo estas manifestaciones ante varios miles de personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al rezo del Angelus en la jornada que la Iglesia Católica conmemora a Todos los Santos.

Asimismo, como es habitual, Benedicto XVI saludó en diferentes idiomas a los fieles presentes, entre ellos español, a los que dijo que "como Iglesia peregrina, los seguidores de Cristo celebran hoy con gozo" la Solemnidad de Todos los Santos, "la memoria de aquellos que son llamados amigos de Dios, cuya compañía alegra los cielos". "Que también nosotros, guiados por la fe y gozosos por la gloria de los mejores hijos de la Iglesia, invocando a la bienaventurada Virgen María, encontremos en ellos ejemplo y ayuda para alcanzar las promesas de Cristo", afirmó en castellano.