Las fuerzas ucranianas retrocedieron frente al mayor avance de Moscú en semanas cuando las fuerzas rusas capturaron el centro de la ciudad ferroviaria de Lyman y rodearon la mayor parte de la cercana ciudad estratégica de Severodonetsk en el este de Ucrania.

El ejército de Vladimir Putin ha tenido un gran avance en los dos principales frentes el viernes, pero aun así los funcionarios ucranianos insistieron en que sus fuerzas seguían luchando para mantener el control de las partes noroeste y sureste de la ciudad de Lyman, y se mantenían firmes en las nuevas líneas defensivas en la región oriental de Donbas.

Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania abogó por “armas, armas y armas de nuevo”, advirtiendo que, sin una nueva inyección de armas extranjeras, las fuerzas ucranianas no podrían detener el avance de Rusia hacia el este.

Los combates del viernes se centraron en dos ciudades clave: Severodonetsk y la cercana Lysychansk. Son las últimas áreas bajo control ucraniano en Lugansk, una de las dos provincias que componen Donbas, y donde los separatistas respaldados por Moscú han controlado parte del territorio durante ocho años.

“Hay batallas en las afueras de la ciudad. Los bombardeos masivos de artillería no se detienen, día y noche. La ciudad está siendo destruida sistemáticamente: el 90 por ciento de los edificios de la ciudad están dañados", dijo el alcalde de Severodonetsk, Oleksandr Stryuk.

Desde que comenzó la invasión de Rusia, han muerto al menos 1.500 personas en la ciudad, señaló el alcalde, y agregó que entre 12.000 y 13.000 personas permanecen en la ciudad.

Los fallecidos lo fueron por bombardeos o en incendios provocados por ataques con misiles rusos, así como por heridas de metralla, enfermedades no tratadas, falta de medicamentos o atrapados bajo los escombros, según el alcalde.