La Casa Blanca endureció hoy su mensaje contra los legisladores demócratas partidarios de ampliar las sanciones económicas a Irán, después de conocerse que una ley en este sentido está a punto de reunir el apoyo necesario para ser aprobada en el Senado.

"Si ciertos miembros del Congreso quieren que Estados Unidos tome acciones militares, deben salir frente al pueblo estadounidense y decirlo", afirmó la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional Bernadette Meehan.

La vocera agregó que si no lo expresan abiertamente "no está claro por qué un miembro del Congreso apoyaría una ley que tal vez cierra la puerta de la diplomacia y hace más probable que Estados Unidos tenga que elegir entre opciones militares o permitir que Irán siga con su programa nuclear".

El proyecto impulsado por el senador demócrata Robert Menéndez y el republicano Mark Kirk alcanzó esta semana el respaldo de 59 legisladores, lo que lo sitúa a un voto de lograr los 60 necesarios para ser aprobado en la Cámara Alta, informó hoy el diario Político.

Pese a que la Casa Blanca amenazó con vetar esta ley, los senadores podrían sortear ese veto si logran aprobar el proyecto con 67 votos a favor, un objetivo que no queda muy lejos.

Tampoco parece improbable que la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, apruebe por mayoría su propia versión del texto.

El plan de sanciones afectaría a varios sectores industriales iraníes e impediría el acceso al sistema financiero estadounidense a las compañías que ayuden a Teherán en la exportación de petróleo.

No obstante, sólo entraría en vigor si el Gobierno iraní viola el acuerdo preliminar alcanzado en noviembre con el G5+1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania) o si transcurren los seis meses establecidos para las negociaciones sin llegar a un pacto definitivo sobre su programa nuclear.

La Casa Blanca teme que la aprobación de dicho plan de sanciones ponga en peligro la negociación, que ayer registró un avance al resolverse en Ginebra los desacuerdos pendientes para poder poner en práctica el pacto preliminar alcanzado en noviembre.

"Seguimos en contacto con miembros del Congreso, y hemos dejado muy claro que nos oponemos rotundamente a esa legislación", dijo el jueves el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) acusan a Teherán de tratar de desarrollar armas atómicas, lo que ha llevado a imponer duras sanciones internacionales a la República Islámica, que rechaza esta acusación y reclama su derecho a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos para generar energía eléctrica.