El primer ministro palestino, Rami Hamdallah, presentó su dimisión al presidente Mahmud Abbas, quien la aceptó y encargó a su vez al mismo premier la formación de un nuevo gobierno. Con la dimisión del Gobierno de unidad, se certifica así el fracaso del proceso de paz entre los dos principales grupos palestinos. Ahora, Hamdallah deberá iniciar consultas en forma inmediata con todas las formaciones y movimientos palestinos, incluido Hamas.

El anuncio llega un año después de la formación del llamado "Gobierno de reconciliación", que nació para acabar con siete años de sangrienta división política y geográfica. La formación radical islámica Hamas -que gobierna de facto en Gaza- y el moderado Al Fatah -al frente del gobierno en Ramallah- formaron el Ejecutivo conjunto en junio de 2014 tras años de enemistad. Abbas se quejaba, sin embargo de que no tenía influencia sobre lo que ocurre en la Franja de Gaza, donde Hamas gobierna desde un enfrentamiento por el poder en 2007. 

La tensión entre ambas organizaciones había ido en aumento en los últimos tiempos y Abbas había amenazado varias veces con romper el gobierno de unidad, mientras que Hamas exigía su renuncia. Un vez instalada la versión de la posible disolución del gobierno, Hamas advirtió que cualquier cambio en la composición del nuevo Ejecutivo palestino "debe ser consultado" con las distintas fuerzas políticas.

El portavoz del grupo islamista, Sami Abú Zuhri, enfatizó en un comunicado remitido a los medios que cualquier cambio ministerial debe ser analizado, consultado y solo podrá hacerse tras haber logrado un entendimiento con las fuerzas palestinas. Abu Zuhri adelantó que su movimiento rechazaría cualquier "medida unilateral en esta cuestión".