En un estudio llevado a cabo por biólogos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Alemania y de la ‘Universitas Nasional’ en Indonesia, se ha observado un comportamiento sorprendente en un orangután macho de Sumatra. Este animal, que sufrió una herida en la cara, decidió tratarla de una manera inusual: utilizando savia de una planta trepadora con propiedades antiinflamatorias y analgésicas. 

El orangután, llamado Rakus, se aplicó repetidamente la savia de la planta en la herida y la cubrió con hojas de la misma planta. Este comportamiento ha sorprendido a los investigadores, ya que hasta ahora no se había documentado el tratamiento de heridas con sustancias biológicamente activas en animales no humanos. 

La planta utilizada por Rakus, Fibraurea tinctoria, es conocida por sus efectos analgésicos y antipiréticos. Los compuestos químicos presentes en esta planta tienen propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes, que son beneficiosas para la cicatrización de heridas. 

Este descubrimiento plantea interrogantes sobre la intencionalidad de los comportamientos de automedicación en animales no humanos y cómo surgen. Se cree que el comportamiento de Rakus puede haber surgido de la innovación individual y la búsqueda de alivio inmediato del dolor. 

Este caso de automedicación en orangutanes proporciona nuevos datos sobre la existencia de este tipo de comportamientos en nuestros parientes más cercanos y en los orígenes evolutivos de la medicación de heridas. 

Es posible que exista un mecanismo subyacente común para el reconocimiento y la aplicación de sustancias con propiedades médicas en las heridas, tanto en humanos como en animales. 

El estudio realizado en el centro de investigación Suaq Balimbing de Indonesia, donde viven orangutanes de Sumatra en peligro crítico de extinción, ha ampliado nuestro conocimiento sobre el comportamiento de automedicación en animales no humanos y su relación con la medicina tradicional.