Las autoridades de Estados Unidos movilizan todos sus recursos para esclarecer los atentados ocurridos este lunes en Boston, los primeros en suelo estadounidense desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y que han conmocionado al país.

Al menos tres personas resultaron muertas, entre ellas un niño de ocho años, y más de 140 fueron heridas, de ellas 17 en estado crítico, como resultado de dos bombas que explotaron en un breve lapso cuando el célebre maratón de Boston se encaminaba a su final.

Desde el atentado, la Casa Blanca reforzó la seguridad y elevó al máximo el nivel de alerta en todo el país. El presidente Barack Obama ordenó a los organismos federales ayudar a las autoridades locales y la policía a prevenir más ataques al incrementar la vigilancia, informó por Continental Alberto Vasallo, editor del diario El Mundo, de Boston.

Hasta el momento, no hay detenidos ni sospechosos y las autoridades no se han atrevido, al menos oficialmente, a calificar el suceso de "ataque terrorista", aunque todo indica que las explosiones son la expresión indudable de un "acto de terror", añadió en Magdalena Tempranísimo.

Obama, en un mensaje desde la Casa Blanca, se limitó a prometer a la nación que "todo el peso de la justicia" caerá sobre los responsables, pero admitió que el Gobierno no sabía quién había sido ni por qué había ocurrido. "Todavía no sabemos quién lo hizo ni por qué. Y la gente no debería extraer conclusiones hasta que no tengamos todos los hechos. Pero que nadie se equivoque", advirtió Obama. "Iremos hasta el final. Averiguaremos quién lo ha hecho y por qué lo ha hecho. Todo el peso de la ley caerá sobre cualquier individuo o grupo responsable de esto", aseguró.

El Buró Federal de Investigaciones, el FBI, ha asumido la dirección de las pesquisas, en las que también participan otras agencias federales como la Oficina para el Alcohol, el Tabaco, las Armas de fuego y Explosivos (ATF) y el Departamento de Seguridad Nacional, así como la Guardia Nacional y las policías estatal y local.

El papel protagonista del FBI confirmaría, según los observadores, que las autoridades siguen la pista de un acto criminal de naturaleza terrorista, aunque podría ser de origen tanto interior como exterior. Según las primeras averiguaciones, las bombas utilizadas fueron pequeños artefactos, pero mientras no se determine el tipo de explosivo utilizado no se dilucidará si el ataque fue obra de algún individuo o grupo autóctono o de una organización extranjera.

En una carta dirigida al Secretario de Justicia, Eric Holder, el mes pasado, el Southern Poverty Law Center alertaba que, como en el período anterior al atentado de Oklahoma, se asiste a una multiplicación de las amenazas por parte grupos que temen que el Gobierno acabe arrebatándoles sus armas. Por estas mismas fechas, un 19 de abril de 1995, un terrorista americano, Timothy McVeigh, hacía estallar un camión bomba ante un edificio federal en la ciudad de Oklahoma y acababa con la vida de 168 personas.