En febrero, diversos pueblos en Bolivia se han visto afectados por inundaciones y la inutilización de sus puentes, dejando a sus habitantes aislados y en una situación precaria. La depredación humana en los bosques y la alteración de las cuencas hídricas han contribuido a esta crisis, según los expertos.

En la cuenca del río Boopi, en el departamento de La Paz, la quema de bosques y los desechos de la explotación minera han generado preocupación y temor entre los habitantes de la región. La falta de representación y la ausencia de portavoces han dificultado los reclamos de la comunidad.

El concejal Simón Mamani denunció las prácticas de 14 cooperativas mineras que están afectando al río Tipuani, provocando desbordes y perjudicando a cientos de familias en el municipio de Tipuani. Mamani ha enfrentado amenazas por su valiente denuncia y ha solicitado al gobierno una auditoría ambiental para abordar la crisis.

Según el gobierno, la situación de emergencia se extiende a 279 de los 327 municipios en ocho departamentos de Bolivia. La capital, La Paz, se encuentra en una situación crítica, con 40 personas fallecidas y miles de familias afectadas por las lluvias y desbordamientos de ríos. En total, 786 viviendas han sido destruidas, dejando a muchas personas en una situación de desamparo.

Es necesario que se tomen medidas urgentes para asistir a las comunidades afectadas y abordar las causas de estas tragedias naturales, para evitar que situaciones como estas se repitan en el futuro.