El último de los ataques se registró esta mañana a las 9 (4 hora argentina) cuando un suicida se inmoló frente a una iglesia evangelista de la localidad de Tudun Wada, en el estado norteño de Gombe, cuando el lugar se encontraba repleto de fieles que celebraban el Año Nuevo.

"Se produjo una explosión fuera de la iglesia evangelista esta mañana cuando un atacante suicida, que no pudo entrar a la iglesia, se inmoló", explicó Abubakar Yakubu, que dirige la Cruz Roja en Gombe.

"Por suerte no hay muertos, aunque algunas personas han resultado heridas", destacó el socorrista.

Previamente, horas antes de la medianoche del fin de año, al menos siete personas murieron en otro ataque suicida perpetrado en un autobús de una localidad del estado norteño de Yobe.

Aunque todavía no se conoce con certeza la cifra oficial de víctimas mortales, varios testigos relataron al rotativo que el autobús "salió volando por los aires" tras la explosión y que al menos siete hombres que viajaban en el vehículo murieron.

Poco después de este suceso, una mujer que ocultaba explosivos en el hiyab o velo islámico, protagonizó otro ataque suicida delante de un cuartel militar en Bolari, localidad del estado de Gombe, que no causó ninguna muerte.

Aunque aún nadie reivindicó estos ataques, todo apunta a los yihadistas nigerianos de Boko Haram, autor de múltiples atentados en el norte del país pese al despliegue de tropas en la zona y a un supuesto acuerdo de paz con el Gobierno que fue desmentido por este grupo.

A menos de dos meses para las elecciones presidenciales, que se celebrarán el próximo 14 de febrero, Boko Haram intensificó su campaña de terror contra varios estados del norte del país, donde se calcula que controla el 20 por ciento del territorio.

El grupo radical, que lucha por instaurar un estado islámico en Nigeria, cuenta en su haber con el asesinato de 12.000 personas en los últimos cinco años, 3.000 de ellas solo en 2014, según las autoridades nigerianas.