Durante el último fin de semana, Madrid ha sufrido siete sucesos violentos. Dos de ellos, con resultados trágicos: el sábado por la noche moría un joven de 15 años en el centro y otro de 25 en Usera, un barrio del sur.

Aparte, diferentes puntos de la ciudad se vieron afectados por reyertas que implicaron el uso de arma blanca: cinco personas más sufrieron apuñalamientos en la zona metropolitana o en una localidad de la comunidad. Los casos no están cerrados, pero todo apunta a problemas relacionados con bandas latinas.

Este balance letal, con apenas unas horas de diferencia, ha puesto en jaque a las fuerzas de seguridad y a los gobiernos regionales. La Policía teme que la tensión crezca e incluso que se produzca una escalada de violencia por revanchas entre estos grupos, compuestos mayoritariamente por jóvenes.

En Madrid son tres las brigadas dedicadas a controlar estas bandas armadas, que suelen estar presentes en barrios periféricos de la ciudad. Las principales son los Dominican Don't Play (DDP), Trinitarios, Latin Kings o Ñetas, originarias de países sudamericanos.