Las inundaciones históricas en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, han causado estragos, cobrándose la vida de 31 personas hasta el momento. 

La ciudad de Porto Alegre se ha visto gravemente afectada, con el río Guaíba alcanzando niveles no vistos en ocho décadas. El centro de la ciudad se encuentra parcialmente bloqueado, con calles inundadas y servicios suspendidos. La Alcaldía ha recomendado a los habitantes evitar el centro histórico, mientras que varios centros de salud han tenido que cerrar y parte del suministro de agua ha sido interrumpido, dejando a varios barrios sin abastecimiento. 

En medio de la tragedia, se reportan 74 personas desaparecidas y miles han debido abandonar sus hogares, refugiándose en lugares seguros. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha visitado la región junto a sus ministros, prometiendo recursos para atender las necesidades básicas de la población. 

El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, ha destacado la importancia del rescate de personas, algunas de las cuales han debido refugiarse en los techos de sus viviendas. Este estado, limítrofe con Uruguay y Argentina, ha sido afectado por eventos climáticos extremos asociados al fenómeno de El Niño. 

Las alertas continúan debido al riesgo de rupturas de presas, lo que podría agravar la situación. Las inundaciones y deslizamientos han dejado comunidades aisladas y han causado un número significativo de víctimas y heridos. Las autoridades continúan trabajando en las labores de rescate, movilizando recursos para asistir a la población afectada. 

Se espera que las fuertes lluvias persistan hasta el sábado, complicando aún más la situación. Esta tragedia se suma a un ciclo de desastres naturales que ha golpeado a Rio Grande do Sul, recordando el devastador ciclón que azotó la región en septiembre pasado. La magnitud de la catástrofe actual aún no ha sido dimensionada completamente, ya que las aguas cubren extensas áreas, dificultando las labores de rescate y evaluación de daños.