Todo es misterio. Claro, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, un excapitán del ejército de extrema derecha, no dio más detalles del aparente acuerdo con Rusia para comprar diésel más barato. Tampoco dieron explicaciones el Ministerio de Minería y Energía de Brasil.

Los altos precios del combustible han afectado las esperanzas de reelección de Bolsonaro antes de las elecciones de octubre, dejándolo detrás en las encuestas del exlíder izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva.

No quedó claro de inmediato cómo Brasil compraría diésel ruso sin enfrentarse a las sanciones occidentales impuestas a Moscú por su invasión de Ucrania.

Sin embargo, fiel a su estilo, Bolsonaro ignoró las súplicas de Estados Unidos y se reunió con Putin pocos días antes del estallido de la guerra, y desde entonces ha dicho que su relación con el líder ruso ha permitido a Brasil mantener el acceso a fertilizantes que son cruciales para el vasto sector agroindustrial del país.