Los gobiernos de Argentina y Chile reprogramaron su agenda bilateral a causa de la crisis que provocó el caso Apablaza. El encuentro entre cancilleres previsto para este martes fue pospuesto para los días 18 y 19 de noviembre próximo.

“Lo que ocurrió no es menor. Aquí no hay que olvidar que el Estado de Chile, a través de los Tribunales de Justicia, hizo un requerimiento a Argentina porque consideró que la acusación que pesaba sobre (el ex guerrillero) Galvarino Apablaza Guerra era un delito común y por lo tanto procedía a la extradición”, comenzó su argumento el senador chileno Hernán Larraín Fernández, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores en esa cámara.

“En un Estado democrático, hay separación de los poderes, independencia de los tribunales y son ellos los que tienen la última palabra”, dijo el legislador y explicó que “no se le pide a Apablaza que vaya a Chile para condenarlo sino para defenderse de las acusaciones en su contra. Esto es abrir un espacio a la Justicia para que delitos graves en democracia no queden impunes.

Para el senador chileno por la Unión Democrática Independiente, “lo que produce sorpresa es que un organismo político administrativo, como la Conare, resuelve pasar por encima de los tribunales de justicia de ambos países -y de Chile en particular- a una solicitud que fue avalada en forma unánime por el Congreso de mi país. Eso es dudar de la institucionalidad chilena”.

“Es cierto que el juez declaró que esto está cerrado pero intentaremos revisarlo por alguna vía judicial”, advirtió Larraín Fernández.”

“Yo quiero pensar que en Argentina hay recursos para revisar decisiones arbitrarias que pueda tener una autoridad política”, sostuvo. Además, aseguró que “se abren otras opciones como llevar este asunto a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos o llevarlo a la revisión de los mecanismos previstos en los tratados bilaterales”-

“La denegación de justicia es violación de los derechos humanos; Argentina está impidiendo que se investigue el asesinato de un senador”, enfatizó el legislador del país vecino.

Sin embargo, Larraín Fernández aclaró que “nosotros no queremos que se detenga un proceso de integración que consideramos permanente (entre ambos países)”.

Postergación de reuniones diplomáticas. “No parecía que había el ambiente para tener reuniones pero el espíritu no es no reanudarlas. El pueblo argentino debe entender que esto es una ofensa gratuita, que no se hace entre países hermanos. La integración supone confianza institucional, acá pasó lo contrario”, subrayó el senador en La Vuelta.