La actriz (Nicole Kidman), la escritora (Lianne Moriarty) y el productor y showrunner (David Kelley) volvieron por sus fueros. Como suele decirse que equipo que gana no se toca, los tres se unieron -como ya lo habían hecho para las dos temporadas de “Big Little Lies”- para la realización de una miniserie en la que 9 personas llegan a un centro de alto perfil para diversos traumas y adicciones.

Cada uno de los personajes ofrece una gama distinta de posibilidades en cuanto al relato que se va desarrollando con actuaciones de alto vuelo acordes a lo esperado. Así encontramos a Masha (Nicole Kidman) dueña y alma mater de Tranquillum que junto a sus empleados intentará rescatar, junto a sus empleados, a los huéspedes de sus traumas, de sus negaciones y del profundo dolor que envuelve a algunos de ellos.

Melissa McCarthy, Tiffany Boone, Bobby Cannavale, Luke Evans, Michael Shannon, Regina Hall, Manny Jacinto, Melvin Gregg, Samara Weaving y Asher Keddie componen este ecléctico grupo de personas que en su ambigüedad avanzan por los ocho capítulos de la serie tratando de redimirse, aceptarse y perdonarse.

“Nueve perfectos desconocidos” (basada en la novela homónima de Lianne Moriarty) no es exactamente una serie de género pero se las ingenia para enganchar al espectador mezclando drama, suspenso y humor negro, avanzando sobre una crítica a las terapias new age, el uso de las drogas y la dependencia de las redes sociales.

Esta combinación va abriendo y cerrando puertas argumentales que encaminan la trama en un sentido u otro con mucha habilidad y convierten a los personajes en una verdadera incógnita. Todos tienen un lado oscuro y cada uno, a su manera,  busca llegar a la paz que necesitan para seguir con sus vidas.

La vara que había dejado “Big Little Lies” estaba muy alta y está serie no va a lograr subirla aún más. Sin embargo el exitoso trío que la puso en pantalla y el grupo de actores y actrices que estelarizaron los ocho episodios han dejado una producción arriesgada y bien construida (que, seguramente, generará amores y odios) que no va pasar desapercibida.