Jimena Cyrulnik estaba ya separada, había empezado a conocer a alguien y a recuperar el amor, pero un 20 de marzo de 2020, el presidente anunció el ASPO, todo el mundo a casa, aislado y a esperar a ver que pasaba con la pandemia.

No fue solamente una cuestión legal: la imágenes que llegaban del mundo desarrollado eran aterradoras. Muertos apilados en camiones mudanzas, hospitales desbordados. Y Jimena decidió aislarse.

Para contener a sus hijos, decidió hacerlo en su casa y con el padre de sus hijos, para que ellos no sintieran la ausencia. Había empezado a conocer a una persona, sentía que se estaba enamorando y de pronto, un virus los alejó.

“Es necesario priorizar la unión y el amor hacia los demás por sobre el propio. Tratar de no pelear, estar unidos si se puede y pasar este momento lo más juntos posible. A la pandemia la combatimos entre todos, cambiemos el mundo... cambiando primero nosotros”, escribió Cyrulnik.

Pero el romance se mantuvo, la tecnología jugó un rol sustancial. Chats todos los días, ambos aislados y con sus respectivas familias. Pero el amor aguantó la distancia y el tiempo, y pasado el ASPO empezaron a verse. Hoy disfrutan juntos en Punta del Este un romance intenso y duradero, seguramente con buenas ráices.