Sólo el 5 por ciento de los asalariados cuenta con los ingresos exigidos para que les otorguen un crédito hipotecario.

La inflación, la pérdida del poder adquisitivo jamás recuperada luego de la debacle los años 90 y la falta de crédito son algunas de las razones por las cuales es cada vez más difícil que un trabajador acceda a ese beneficio.

Como consecuencia, apenas el 6,3 por ciento de las propiedades se venden con préstamos.