El directorio del FMI (Fondo Monetario Internacional) aprobó en Washington las metas del primer trimestre del año del acuerdo que firmó con la Argentina para el pago del crédito de USD 44.000 millones, el cual la servirá al país para pagar los próximos vencimientos.

El equipo económico afirma que las metas del período enero-marzo se cumplieron, aunque los expertos afirman que la meta fiscal se logró con la ayuda de contabilidad creativa respecto de la valuación de los bonos que tiene el Tesoro.

Sin embargo, el problema es la segunda serie de metas trimestrales, que vencerán la semana que viene, que están bajo presión por el bajo nivel de acumulación de reservas que consiguió el Banco Central y la aceleración del gasto público de los últimos meses.

Por esa razón, el Gobierno espera que el Fondo Monetario Internacional habilite hoy un recálculo de esos objetivos previstos para fin de junio, de modo tal de no poner en peligro el cumplimiento del acuerdo.

El segundo desembolso desde Washington implicará USD 4.000 millones para el Banco Central, aunque una parte de ese total se utilizará para devolver el préstamo Stand By de 2018 al Fondo, de acuerdo con el calendario vigente. De acá a finales de septiembre, la Casa Rosada tiene comprometidos pagos al organismo por poco más de USD 4.900 millones más.

El debate que más importantes es el que trata sobre cómo marchan, en forma provisoria, ya que la evaluación formal será en agosto o septiembre, los objetivos trimestrales del período que va de abril hasta la semana que viene. Es en ese momento en que los números se vuelven más nebulosos.

Esto se debe a que la intención del Ministerio de Economía, que cuenta con el aval del equipo técnico del Fondo Monetario, es “recalibrar” las metas intermedias trimestrales, es decir, modificar la secuencia de acumulación de reservas y de déficit primario por la que el Gobierno llegaría a cumplir los objetivos anuales previstos, que no fueron modificados.