Obviamente, el regreso de Lionel Messi a las canchas tras más de un mes de ausencia, como consecuencia de las vacaciones de las fiestas y de haber contraído COVID posteriormente, es motivo de alegría. Sin embargo, no pudo ser completa, dado que su equipo quedó afuera en los octavos de final de la Copa de Francia. Paris Saint-Germain tuvo una actuación opaca, igualó 0 a 0 ante el Niza y perdió por penales 6 a 5.

El encuentro fue tedioso. El conjunto de la Costa Azul se refugió, como es lógico ante el poderío rival, esperó abroquelado y se mostró poco permeable. El conjunto parisino, que debió hacerse cargo del juego, nunca pudo quebrar el cuantioso bloque defensivo rival y se mostró impotente.

Messi volvió a jugar oficialmente y lo hizo con la camiseta 10. La Copa de Francia tiene como tradición la obligación de que los titulares utilicen los números del 1 al 11 al menos hasta los octavos de final, y dado que Neymar no jugó, el rosarino utilizó su casaca.

Sin embargo, no pudo escapar al pobre juego de su equipo. Jugó mejor en la segunda mitad que en la primera, como si hubiese necesitado un tiempo para volver a tomar ritmo de juego tras tanto tiempo fuera de las canchas y un lapso menor pero considerable sin siquiera poder entrenarse. Pero, de todas maneras, estuvo muy lejos de su nivel real.

Tan sólo en los últimos minutos, con los ingresos positivos de Kylian Mbappé y Xavi Simons, el PSG realmente pudo generar peligro y estuvo cerca de ganarlo. Aunque también se desprotegió en el fondo y en algún contraataque sufrió.

En el conjunto parisino también fue titulares Mauro Icardi, quien poco abastecido participó poco, y en la segunda mitad ingresó Leandro Paredes, que jugó ante Chile en Calama pero se ganó una tarjeta amarilla que le impide estar en el duelo ante Colombia. Ingresó en el entretiempo, incluso habiendo llegado a Francia recién el domingo, y le cambió la cara a la mitad de la cancha del equipo.

De todas maneras, el conjunto dirigido por Mauricio Pochettino no pudo quebrar el marcador y la historia se definió, con mucho sufrimiento, en los penales. Messi, que ejecutó el primero, convirtió pero el arquero del Niza, Marcin Bulka le tapó un remate muy bien direccionado pero algo débil a Paredes. 

Cuando la historia parecía definida, Gianluigi Donnarumma le atajó su remate a Andy Delort y estiró la serie. Pero en las ejecuciones una y una, otra vez Bulka le contuvo un remate al joven Xavi Simons y le dio a su equipo el pasaje a los cuartos de final.

El PSG se quedó afuera de un torneo de manera exageradamente prematura. Los riesgos de este tipo de campeonatos son altos, especialmente para un equipo que no encuentra su nivel. Ganar no se toma más que como una obligación. En cambio, una derrota puede desatar un conflicto.