La ciudad paulista de Santos, en Brasil, parece un escenario de guerra: hay autos, colectivos y locales que quedaron reducidos a cenizas. Cientos de comercios tienen los vidrios rotos y las autoridades hablan de un “campo de batalla” en donde los hinchas del principal equipo local, el Santos Futbol Club, no soportaron descenso a la segunda categoría al caer por 2 a 1 ante el Fortaleza.

Al menos 11 policía terminaron heridos y la red local de luz e internet presenta deficiencias porque los cables fueron robados o quemados. Un helicóptero de la policía se utilizó para grabar a los revoltosos y se espera una gran redada para lograr detenciones.

Santos, uno de los gigantes de Brasil que vio nacer futbolísticamente a Pelé y Neymar, era uno de los únicos que nunca descendió a la Serie B. Al ‘peixe’ lo perjudicaron las victorias tanto de Bahía como del Vasco Da Gama de Ramón Díaz.

Santos llegó a la última fecha del torneo fuera de la zona de descenso, aunque necesitaba ganar de local ante el conjunto dirigido por el argentino Juan Pablo Vojvoda para asegurar su permanencia. Sin embargo, no pudo vencer al subcampeón de la Copa Sudamericana 2023 y jugará en la segunda división la próxima temporada.

Santos descendió por primera vez en su historia y la ciudad estalló de furia