No fue una actuación descollante, pero claramente le sirve para levantar la cabeza luego de un par de golpes severos. Racing derrotó 2 a 0 a Vélez en el Cilindro con un golazo de Matías Rojas y otro de Fabricio Domínguez y reacomodó.

Lo mejor de la Academia se vio en el primer tiempo. Si bien no tuvo ni el ritmo avasallante ni el volumen de juego de otros encuentros, manejó la pelota de la mano de Leonel Miranda, y en base a su jerarquía individual eso le permitió estar cerca de desnivelar permanentemente.

Justamente, la técnica de uno de sus futbolistas le permitió abrir el juego con una exquisitez. Emiliano Insúa recuperó una pelota sin dueño tras un ataque de su equipo y se lanzó. Muchos hombres esperaban en el área y el ex Liverpool metió un centro pasado. Por atrás de todos la capturó el paraguayo Rojas, que primero tuvo alguna dificultad para dominar pero después hizo una maravilla. Se sacó dos rivales de encima y también al arquero y tocó de zurda contra un palo.

El Fortín todavía no se adapta a su nuevo entrenador. Por el momento no se ve ningún aspecto colectivo que potencie a un plantel que es rico desde los nombres. De lo hecho en la primera mitad, apenas puede rescatarse algo del juvenil Máximo Perrone.

En la segunda mitad, el equipo de Alexander Medina modificó su postura. Pasó a tener dominio sobre la pelota y territorio, a partir de los ingresos de Luca Orellano y Lucas Pratto, que le dieron mejor pie en ataque. De todas maneras, fue un manejo similar al del local en la primera parte: tenencia pero sin profundidad.

En ese contexto, con el correr de los minutos se fue diluyendo. Lo que en algún momento en el equipo de Fernando Gago fue zozobra ante el cambio del trámite, se transformó en confianza al notar a un rival impotente e improductivo.

Sobre el final, cuando el equipo de Liniers ya no inquietaba, Domínguez liquidó la historia. La jugada fue muy interesante: la arrancaron por izquierda, a un toque, Jonathan Gómez le aportó velocidad y gambeta, y, finalmente, Domínguez la finalizó por la derecha.

Racing se sacó de encima a un rival que por peso específico es siempre complicado, a pesar de no estar en un buen momento. Los tres puntos le aportan calma y cierta paciencia para un equipo que cuando mejor hizo las cosas más golpes recibió.