Tan innecesariamente angustiante fue, como potente el desahogo. Tan frustrante e inmerecido hubiese sido un final amargo, como furioso fue el festejo posterior. Argentina fue mucho mejor que Países Bajos y sólo la pasó mal cuando se negó a jugar. Finalmente, tras un 2 a 2 injusto, apareció Emiliano “Dibu” Martínez y el conjunto nacional se impuso 4 a 3 en los penales.