Los italianos en el automovilismo suelen ser ‘al revés del pepino’, y eso les ha costado sangre sudor y lágrimas desde que empezó a despuntar la aerodinamia en los coches de F1 en los años 1960.

Ahora la noticia es que, cuando los gigantes alemanes del motor se fugan masivamente de la Fórmula E (que hegemonizaron abruptamente), luego de haber extraído todo lo que necesitaban para construir sus futuros autos eléctricos (y para los motores ahora congelados de la F1, por cierto), recién una marca italiana relacionada con Ferrari, en este caso Maserati, anuncia su ingreso en la categoría que promueve la ecología. Su llegada coincidirá con el coche Gen3, de mayor autonomía.