Evidentemente, tanto por resultados como por rendimientos, River tiene una disparidad de rendimientos entre sus habituales titulares y sus suplentes. El Millonario tiene cantidad de nombres, pero la calidad de los mismos, hoy por hoy no es igual ni pareja, y se nota. Quizás, en ese esquema, el jugador más difícil de reemplazar sea Enzo Pérez, quien no estará en el partido de vuelta ante Atlético Mineiro. Marcelo Gallardo analiza variantes para reemplazarlo.

Está claro que hay una cuestión temperamental que el ex Estudiantes aporta y es prácticamente insustituible. Su experiencia europea, su paso por la Selección Argentina y su transformación pronta en un ídolo del club lo ubican en un lugar por encima de la gran mayoría de los miembros del plantel y en ese sentido no hay como suplirlo. Quizás, analizando solamente ese punto, quien más se acerca a lo que significa como figura de la institución es Jonatan Maidana. 

La presencia dle defensor implicaría un cambio de esquema y una defensa de cinco defensores, algo que Gallardo analiza pero no como primera alternativa. Los mejores encuentros de River a nivel internacional en el último tiempo han sido con ese esquema. De hecho, y más allá de que las circunstancias son distintas, con ese esquema afrontó la vuelta de la semifinales de la edición anterior contra Palmeiras, en aquel partido en el que estuvo a un acierto de lograr una hazaña.

Sin embargo, jugar con cinco defensores tiene un par de contras. La primera es la participación de los dos laterales, que se vuelve mucho más necesaria y permanente. Fabrizio Angileri llega físicamente con lo justo y Milton Casco recién comienza a adaptarse a jugar definitivamente por la derecha ante la ausencia de Gonzalo Montiel, más allá de que el último fin de semana contra Vélez jugó muy bien. Además, a diferencia de otros tiempos, hay una distancia grande entre los centrales titulares, Paulo Díaz y David Martínez respecto de Maidana y Robert Rojas, los dos que podrían ingresar.

En comparación con el encuentro de ida, uno de los que va a volver a ser titular es Matías Suárez. Una variante es que el cordobés ingrese directamente por Enzo Pérez, para conformar la delantera con Julian Álvarez y Braian Romero y que la mitad de la cancha quede constituida por Nicolás De La Cruz, Bruno Zuculini y Jorge Carrascal.

Esta opción es arriesgada, porque, si bien responde a la lógica de poner más jugadores ofensivos para buscar dar vuelta un resultado, elimina prácticamente la posibilidad del primer pase. Zuculini no tiene esa característica y es probable que Díaz y Martínez terminen conduciendo demasiado y apostando en exceso a los pelotazos cruzados. Como ventaja, permite la posibilidad de presionar con muchos hombres y tener muchas variantes para capturar una segunda pelota.

La otra opción es que, además de ingresar Suárez por Enzo Pérez, entre Enzo Fernández por Carrascal. Conceptualmente parece el modo más adecuado para reemplazar a Enzo Pérez, con dos jugadores: uno puede aportar con sacrificio todo lo que aquel ofrece defensivamente a partir de su oficio y el otro puede ser el pase limpio de salida. La desventaja es el propio nivel de Enzo Fernández, que desde que regresó a River nunca pudo mostrar lo que si había demostrado con creces en Defensa y Justicia. 

El mediocampista surgido de las inferiores del Millonario es joven y tiene tiempo para crecer, pero una de sus principales características en el Halcón de Varela era hacerse dueño del equipo, y marcar el rumbo del juego participando en la creación de casi todos los ataques, algo que en el conjunto de Núñez no ha podido hacer, ya sea por una cuestión de confianza o de conocimiento de sus compañeros. En el segundo tiempo del duelo frente a Vélez del pasado sábado, se lo vio con la clara intención de romper con esa desconfianza y aunque nunca fluyó naturalmente y pareció un tanto forzado, es un buen primer síntoma.

Antes del partido del último fin de semana, Agustín Palavecino asomaba como un jugador que de tener un partido aceptable podía jugar ante el Atlético Mineiro. Sin embargo, su rendimiento fue tan bajo que prácticamente quedó descartado. Esa es una muestra de la encrucijada general a la que se enfrenta River. Los titulares tienen su lugar claro por rendimiento propio y por la fluctuación del nivel de las variantes y, ante la baja de Enzo Pérez en uno de los partidos más importantes para el Millonario en el año, una de esas alternativas tendrá que jugar sí o sí y en un puesto clave.