En Asunción, Lanús fue de menor a mayor y se llevó un triunfo que puede ser decisivo en esta serie de semifinales ante Libertad. Luego de un primer tiempo flojo, en el cual se vio superado por el Gumarelo y a punto estuvo de sufrir algún gol, se plantó en el campo de juego, sacó sus credenciales y venció por 2 a 0, con goles de Santiago Silva y Paolo Goltz.

En los primeros minutos, la supremacía de Libertad, con la velocidad de sus volantes y el desnivel de Fredy Bareiro y Jorge Recalde, casi se traduce al marcador. Carlos Araujo, por duplicado, salvó al Granate de la caída de su valla, bien ubicado cerca del arco de Agustín Marchesín. La primera, ante un cabezazo del peligroso Pedro Benítez; la segunda, tras un centro de Nelson Romero. Sin embargo, la más clara de esa etapa, a pesar de sus padecimientos en defensa, fue para Lanús: Lucas Melano alcanzó a puntear ante la salida del arquero Rodrigo Muñoz y estuvo a milímetros de poner al visitante en ventaja.

En el entretiempo, el mensaje transmitido por Guillermo Barros Schelotto sirvió para poner un poco de orden en las líneas de fondo y media. Tanto que el Gumarelo ya no inquietaba tanto a Marchesín, y se permitía excursiones al área rival. A los ocho minutos de la parte final, Lautaro Acosta demostró que estaba en una gran noche y luego de un desborde en velocidad cedió atrás para Santiago Silva, que definió como acostumbra. Ahí nomás, a los 16, Leandro Somoza le metió una gran asistencia a Acosta, que otra vez escapó a toda velocidad y fue derribado dentro del área. Penal que Paolo Goltz cambió por gol y 2 a 0.

Jorge Ortíz complicó un partido que se encaminaba favorable para Lanús, al ser infantilmente expulsado. Y, encima, a diez minutos del final, el Gumarelo descontó con un cabezazo de Gustavo Gómez. Más allá de eso, los de Barros Schelotto no sufrieron mucho más hasta el final. Libertad sufrió la expulsión de Manuel Maciel y, de allí en más, la gente del Granate que viajó hasta Asunción, comenzó a agitar sus camisetas, felices por el triunfo. Han dado un gran paso y ahora deberán ratificarlo en su propio estadio. Del otro lado, San Pablo y Ponte preta esperan.