Como nunca en su historia, la Fórmula 1 formó un equipo de ingenieros para desarrollar un reglamento técnico que facilitara la igualdad de la parrilla y las luchas por posiciones. Para eso, se ha intentado erradicar la guerra microaerodinámica desatada desde la prohibición de ensayos privados en 2009 asignando la mayor parte de la adherencia al resucitado efecto suelo.