River está en un una crisis. Cuesta decirlo porque eso no quita que siga siendo el mejor equipo de fútbol local, los destellos periódicos durante los partidos, sus figuras, lo hacen un equipo diferente. Pero en el global de los partidos, termina siendo insuficiente.

En medio del dolor por la eliminación humillante, goleado por Atlético Mineiro en la Copa Libertadores, el fútbol le dio la revancha con un rival mas accesible, Gimnasia aunque en La Plata, no deja de ser un adversario con menos recursos.

Empezó con todo el Millonario, se le fue encima y a los 3 minutos su mejor jugador, Matías Suárez puso el 1 a 0. La lógica era: River tomó su revancha, partido que termina en goleada. Pero nada más lejos. 

Enseguida, a los 7 minutos vino un centro llovidito desde la derecha al área de River y el jugador mas bajo de los 22 en cancha, el "Pulga" Luis Miguel Rodríguez puso el 1 a 1 de cabeza, con un giro de cuello y un movimiento técnicamente perfecto.

Desde allí fue River tratando, Gimnasia aguantando y así todo el partido. El Millo intentaba, pero no generaba un riesgo sustancial ni transformó al arquero rival en figura. Trataba y no podía.

Y con esa tónica como una constante se consumió el partido. El Lobo se llevó un empate con un rival que priori le presentaba su mayor desafío en el torneo y River, profundizó su crisis.