El mejor final de la historia de la F1 en el mejor Mundial de la historia. El más parejo, entre dos equipos parejísimos, con dos pilotos geniales como muy pocas veces juntó la máxima: Schumacher y Fangio no tuvieron pilotos que le hicieran sombra. Estos dos genios se juntaron y nos regalaron un Mundial que terminó como tenía que terminar: por un azar, en una última vuelta genial tras 57 vueltas en las que todas las flechas apuntaban hacia Hamilton óctuple campeón del mundo.