Cristiano Ronaldo se ausentó del primer entrenamiento al que debía presentarse con el Manchester United. Si bien argumentó "problemas familiares" para no estar presente, todo indica que es parte de una estrategia de presión para abandonar el club inglés en el que no pudo brillar en su regreso.

Los Diablos Rojos vienen de una muy mala temporada y no consiguieron meterse en la próxima Champions League. Hubo un cambio de rumbo y el equipo contrató a un nuevo entrenador, Erik ten Haag, ex DT del Ajax, en busca de mejorar sus últimas campañas.

A pesar de ello, el portugués ya tiene 37, sabe que no le queda demasiado tiempo de carrera y no quiere perder más tiempo. Por eso, se comunicó con Jorge Mendes, su representante, y le solicitó que lo ubique en un club que tenga aspiraciones reales de ganar el máximo trofeo continental de Europa.

Si bien para muchos el segundo paso de CR7 por Manchester ya está finalizado, su salida no está sencilla. Pocos son los equipos en el mundo que puedan hacer frente a un salario como el que actualmente percibe y, dada su particular personalidad, tampoco es sencillo acoplarlo a un proyecto deportivo que funcione.

Si bien algunos medios españoles reportaron contactos entre el agente del jugador y el Real Madrid, club en el que lo ganó todo, desde la Casa Blanca le negaron cualquier posibilidad de retorno a esta altura de su carrera.

El goleador se ilusiona con dos opciones: que el PSG vuelva a buscarla o, la que parece más concreta, recalar en otro equipo de la Premier League. El Chelsea, equipo que cambió de dueño recientemente, dado el conflicto entre Rusia y Ucrania, se ilusiona con tenerlo.

Incluso, hay quienes afirman que el gran sueño de Todd Boehly, el millonario estadounidense que adquirió al club de Stanford Bridge, es juntar a Neymar, que no va a continuar en el PSG, con Cristiano Ronaldo, que no quiere seguir en el Manchester.