Le costó pero una vez más consiguió imponerse. Boca jugó como casi siempre y también, como casi siempre ganó. Se impuso 1 a 0 a Ferro en La Rioja con gol de Sebastián Villa y se clasificó a los octavos de final de la Copa Argentina. Agustín Rossi fue la figura del encuentro.

No fue sencillo el partido para el Xeneize, que tuvo un retroceso en lo colectivo y también en varios puntos individuales. Intentó dominar el juego pero se le hizo difícil. Alan Varela no tuvo un gran partido y Juan Ramírez tampoco pesó demasiado en la elaboración. Lo mejor del equipo se vio por la banda izquierda con Frank Fabra y Villa.

El conjunto de Caballito apostó a contraataques iniciados con salidas limpias por abajo y al buen pie de Claudio Mosca como lanzador para explotar la velocidad de algunos de sus delanteros. Durante la primera mitad tuvo las chances más claras con ese método.

Las más concreta se dio cuando Juan Pablo Ruiz Gómez desbordó por derecha, tiró un centro que se desvió y se cerró sobre el arco de Rossi y Lautaro Gordillo la rescató por atrás de todos. Le dio como pudo y la pelota impactó en el palo. Además, el arquero contuvo un buen remate contra el primer palo de Lautaro Giaccone.

En el segundo tiempo, se notó claramente la merma física de Oeste, algo que suele suceder con los equipos que juegan en el ascenso. Concedió más terreno y se abroqueló más atrás. En ese contexto, el equipo de Sebastián Battaglia se adelantó y se llevó el partido más por insistencia que por claridad.

Había tenido dos buenas oportunidades: un remate de afuera de Pol Fernández que contuvo Marcelo Miño, que terminó el partido muy dolorido en el codo derecho, y otra acción que fue un anticipo del único gol, con Villa que capturó un rebote, enganchó de izquierda a derecha y remató muy cerca del segundo palo.

Cuando quedaban sólo 12 minutos, el Xeneize finalmente se puso en ventaja. Pol Fernández recibió muy sólo en el área y la cruzó para Villa, que anticipó a su marcador desde la izquierda, se puso de frente al arco y le pegó con violencia al segundo palo. El gol, para ese momento del juego, era previsible.

Ferro empujó sobre el final y pudo haberlo empatado, de no ser por los brillantes reflejos de Rossi. Mosca ejecutó un tiro libre casi desde la mitad de la cancha y metió un centró genial. Nahuel Arena llegó por atrás de todos, le ganó a su marcador y remató, pero el ex arquero de Defensa y Justicia sacó su mano derecha de la nada y desvió el remate.

A Boca el presente le sonríe y los resultados desvían la mirada del juego. Aunque ha demostrado en sobradas oportunidades que no requiere de lo que habitualmente se conoce como jugar bien para ganar partidos y hasta campeonatos. En los octavos de final enfrentará al ganador de Racing y Agropecuario.