Pensar que la salida de Miguel Ángel Russo generó un cambio brusco o una revolución en Boca es totalmente desacertado. La principal virtud de este equipo con un nuevo entrenador es la misma que tuvo con su anterior DT en su mejor momento: con solidez defensiva y poco de la mitad hacia arriba consigue ganar. En la Bombonera, derrotó 1 a 0 a Colón si descollar pero sin sufrir en lo más mínimo. Nicolás Orsini marcó el único gol del encuentro.

El Xeneize le manejó bien la pelota al Sabalero que no es el mismo que obtuvo el campeonato en la primera parte del año. El conjunto local hizo lo posible para negarle la salida fácil al rival y manejar el juego especialmente por el sector izquierdo con Agustín Almendra y Edwin Cardona y profundizar con Cristian Pavón por derecha. De todas maneras, como en casi toda la era incipiente de Sebastián Battaglia, el dominio no fue abrumador.

Los de Eduardo Domínguez ya no tienen la llegada desde la mitad de la cancha del semestre pasado. En general, cuando juega contra un equipo respecto del cual requiere mayores cuidados defensivos, paga su mejor futbolista, Facundo Farías, que termina sacrificado de punta. Así la pelota le llega poco y pasa a tener que aprovechar al máximo las pocas en las que puede jugar a la espalda del volante central rival y no contra los centrales. Tuvo como oportunidad más clara un remate de tiro libre de Cristian Ferreira que pateó al palo del arquero y aunque Agustin Rossi ya se había movido y no llegaba de ningún modo, se desviado.

La primera y la más clara de la primera parte para el equipo de La Ribera llegó a los 17 minutos. Tras una recuperación, Agustín Almendra armó muy bien con Nicolás Orsini que pivoteó de espaldas, descargó con Cristian Pavón. El ex Talleres fusiló al arquero Leonardo Burián pero la pelota dio en el travesaño.

En la segunda mitad, Boca siguió mejor pero sin demasiadas chances claras. Nuevamente, el ingreso de Aarón Molinas lo potenció. A los 21, tras un pase de Marcos Rojo, el juvenil tocó rápido y aceleró la jugada, Pavón abrió para Orsini y este, ni bien pisó el área, sacó un bombazo preciso al segundo palo para poner el 1 a 0.

Colón lo fue buscar con Farías como bandera, quien pasó a ocupar un rol más creativo con el ingreso de Nicolás Leguizamón y algunos embates de Rodrigo Aliendro. De todas maneras no pudo generar gran riesgo en ningún momento.

El equipo de Battaglia no brilla ni luce, pero otra vez ganó, todavía sueña con el campeonato, pero, fundamentalmente, empieza a acercarse seriamente en la tabla anual a los puestos de clasificación a la próxima Copa Libertadores. De todas maneras, el pasaje más cercano a esa instancia sigue siendo la Copa Argentina, dado que el Xeneize está a solo dos partidos de ser campeón. Boca llega sin brillo pero con confianza al Superclásico.