Boca Juniors derrotó a Tigre por 3 a 0 con goles de Marcos Rojo al final del primer tiempo y de Frank Fabra a los 23 minutos del segundo tiempo y Luis Vázquez a los 40 minutos; y se hizo acreedor a la Copa de la Liga.

Hizo un buen primer tiempo Boca. Dominó a Tigre y tuvo las mejores situaciones para convertir. De hecho, el arquero de los de Victoria había sacado un tiro libre de un ángulo y Darío Benedetto había definido brillantemente en un gol que terminó anulado por off side, por unos pocos centímetros y que requirió el chequeo del VAR.

A los 48, desde un córner, Rojo impactó el centro y el portero Marinelli no pudo retener, se le escapó una pelota que le fue a las manos y reaccionó sacándola de adentro. 1 a 0 a los vestuarios para el campeón.

El segundo tiempo no empezó igual. Tigre intentó y fue, y jugó bien, y estuvo a punto. Un pase profundo a Retegui que desvió Agustín Rossi con una buena atajada y segundos después, los mismos protagonistas: cabecea Retegui, esta vez no retiene Rossi y el delantero la empuja, con el arquero caído y la valla libre, directamente afuera.

Y mientras estaban en eso, escaló Fabra por la izquierda, fue encarando y nadie le salía y el lateral metió un disparo furibundo que pego en el palo y se metió, sentenciando el duelo y convirtiéndose en el lateral izquierdo mas goleador de la historia del club.

El resto sobró. Boca hizo control de balón, Tigre se apagó, pero la esperanza, la fe no estaban. El bajón anímico pareció ser también físico, y Boca se quedó con la final, tras el broche goleador de Vázquez de cabeza, para el 3 a 0, es el nuevo campeón del fútbol argentino y encara con esperanza, la Copa Libertadores de América.