Se puede convivir. Es la principal enseñanza del encuentro que ayer produjo la Iglesia. Se puede convivir en la diversidad. Se pueden sentar en una mesa a todo el abanico político argentino con sus máximas autoridades para que firmen, lean y respalden una misma posición para combatir al principal enemigo que tenemos todos: la droga y los narcos.

No se puede convivir. Es la conclusión que debemos sacar del camino de la confrontación permanente. No se puede convivir si todo el tiempo se está descalificando al otro acusándolo de golpista, destituyente, corporativo y derechista por el solo hecho de pensar distinto. La decada kirchnerista tuvo el denominador común de la hostilidad hacia gran parte de la sociedad.

Y encima era justiticado ideológicamente. La función de los intelectuales a la carta fue encontrar un marco teórico que explicar semejante nivel de soberbia y agresividad. Apelaron a Ernesto Laclau, un pensador neopopulista post marxista que entre otras cosas sostiene que la política nace de la confrontación, como la revolución nacía del fusil para Mao. Un verdadero despropósito que ya fracasó en todo el mundo.

Un camino que solo conduce a mas división entre los argentinos y a la fractura expuesta de esta sociedad que hoy estamos padeciendo en carne propia. Toda la experiencia democratica del mundo ya adoptó el diálogo, la convivencia y el respeto a la diversidad como el unico destino posible.

Ya se entendió dolorosamente, despues de los miles de muertos y desaparecidos del terrorismo de estado, que la democracia es el continente, el sistema de reglas del juego que permite procesar los conflictos de manera racional y pacífica. Pero la actitud revanchista y resentida de Néstor y Cristina, que vienen peleandose con Dios y María Santísima desde el fondo de los tiempos, necesitaba el marco teórico que les dió Laclau, que por las dudas se quedó viviendo en Londres y otros intelectuales hipnotizados que apostaron a lo mismo con una mezcla, en algunos casos, de fanatismo y subsidios.

Se puede convocar a la convivencia cuando el que convoca da el ejemplo. Cuando lo hace desde la grandeza y en función del bien social y no con el objetivo mezquino de rapiñar una tajada política o de fingir bondad ahora que hay demasiadas turbulencias.

Por eso la Iglesia y monseñor Jorge Lozano lograron una foto esperanzadora. Con varios cadndiatos a presidente y jefes partidarios de la mas diversa matriz ideológica: Sergio Massa y Ernesto Sanz, Hermes Binner y Mauricio Macri, Margarita Stolbizer, Pino Solanas Victor de Gennaro y Humberto Tumini, entre otros. Daniel Scioli envió una carta de adhesión. Le hubiera aportado a la foto alguien mas cercano al gobierno nacional. Porque el oficialismo fue el único que no tuvo presencia físcia. Scioli es el mas opositor de los kirchneristas y el oficialista mas parecido a los opositores. El gobernador de Córdoba, Jose Manuel de la Sota vió la importancia del acontecimiento y se sumó con la sugerencia del avanzar con otro documento de respaldo al combate a la la trata de personas.

Por otro lado, el elenco estable del kirchnersimo con algunas excepciones como las de Adolfo Pérez Esquivel y algún empresario, firmaron una solicitada por una "navidad en paz y un 2014 fortaleciendo la democracia que es convivencia y respeto a la diversidad". ¿Perdón? ¿Que están pregonando? ¿Eso dicen ahora que están en problemas? Hasta hace un par de semanas se hubieran burlado de ese pedido por ser burgués, reaccionario y corporativo. Por eso no es creíble. Porque demuestra un viraje y una falta de rumbo. Ese texto suena muy extraño y falso en la boca de algunos firmantes como Milagro Sala o Luis D´Elía que se cansaron de insultar y tener actitudes patoteras con casi todos los que no tenían la camiseta kirchnerista.

Se puede convivir si el gesto es sincero, amplio de verdad y proviene de alguien que tenga la autoridad moral de no haber hecho de la agresión su principal comportamiento.

No se puede convivir si todo el tiempo andas a los cachetazos con el otro y en el medio de un terremoto te haces el bueno y le pedís ayuda a todos los que antes maltratabas.

El dialogo y la convivencia diversa y pacífica son una necesidad. Son el ADN de la democracia. Ahora y siempre.